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Jorge Zanguitu
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Dijo _ Luis Rojas Marcos _(Psiquiatra español) "El estar conectado nos prolonga la vida y no solamente añade años a la vida, sino vida a los años". _No esta mal hacerle caso, no?_ Dentro de unos años, alguien pasará las hojas de nuestro álbum. y pensará en lo felices que fuimos, porque mirando fotos viejas siempre encontramos a las personas sonriendo. En las fotografías, todos habitamos un pequeño paraíso, un mundo que puede ser en blanco y negro o en colores, un mundo real que a menudo parece perfecto. Y cuando las miramos, revivimos los recuerdos, recordamos hasta las voces, sentimos los olores y hasta el clima vivido se nos devuelve en sensaciones. En las fotografías el mundo se detiene y se hace perfecto. Entonces: ¿Por qué no intentamos enfocar la vida como si fuera una perfecta fotografía? Una fotografía que en el futuro nos devolverá las emociones que seguramente en el presente, dejamos pasar por alto y observar en cada detalle.
MONUMENTO A JOHN F. KENNEDY (QUEMÚ QUEMÚ-LA PAMPA)
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today 21 de Octubre del 2007 | 08:25:28 - Leído 363 veces
Esta majestuoso obra, de 40 mts de altura, que llama la atención a quienes van de paso y por supuesto a los quemuenses, realza el espíritu ascendente y eterno de John F. Kennedy, representando en el espacio triangular. El prisma triangular que al caer dio origen a ese espacio, presenta la horizontalidad de su muerte. El cruce de la vida y la muerte da origen a la cruz en la cúspide del prisma vertical, sobre su cubierta y en relieve hay una leyenda que reza “Ave Maria”, al pie del mismo, en una de sus caras internas, debajo del prisma triangular horizontal, grabadas en bronce una rosa y una frase de Kennedy “ Que la Justicia de nuestra causa mantenga siempre nuestra fuerza ” 
Casi cuatro años después de iniciado los trabajos, exactamente un 29 de mayo de 1967, fue inaugurado.
Toneladas de hierro, piedra y cemento dieron forma a una estructura de líneas curiosas de inusual altura. Fue construída gracias a un crédito del gobierno de la Provincia, la colaboración del pueblo pampeano, más la generosa y desinteresada colaboración de don Fernando Demaria, a quien la obra le llevo algo más que horas de dedicación y desvelos.