A fines de la década de 1940, la Municipalidad adquirió este "rancho", que fuera construido a principios del 1800, en remate por deudas de impuestos. Una comisión, integrada por plásticos de la ciudad, se propuso restaurarla. El 22 de Abril de 1969 fue habilitada al publico. Perteneció a una antigua familia maragata, siendo su última dueña, doña Carlota Martínez Ibañez. Posee tres habitaciones destinadas a sala, dormitorio y cocina amoblados gracias al aporte de los vecinos. Su patio, rodeado de verjas y tunas chumberas, huele a malbones, retamas, afrodillo y cedrón. Hoy es un anexo del "Museo Histórico y Regional Emma Nozzi".