Esta formación rocosa tiene una altura aproximada de 1400 metros sobre el nivel del mar, aunque sus paredes en declive prolongan el recorrido hasta un total de 5000 metros. Es un monte ideal para la escalada por lo abrupto de sus laderas ya cerca de los picos -producto de la acción glacial- pero requiere de mucha experiencia y sólo es tarea para expertos. Posee cuatro rutas de ascensión de dificultad importante y pareja.
A lo largo de los últimos quince años se han registrado varios accidentes fatales en deportistas desprovistos del equipamiento adecuado. La caída de rocas es un factor de peligro frecuente durante los meses estivales. Durante el invierno, la presencia dominante de la nieve incluso en las paredes verticales complica las tareas de aseguramiento.
El equipo básico debe contar al menos con botas rígidas, casco protector, arneses, mosquetones, cuerdas, tornillos y clavos para el hielo, cordada de al menos dos personas, un ocho, cintas, cordines y ropa térmica impermeable. No conviene lanzarse al desafío sin la compañía y experiencia de guías conocedores de la zona; ellos podrán especificar hasta el último de los elementos indispensables para una subida segura.
Tras unas cuantas horas de subida exigente, la cumbre ofrece una vista magnífica del cerro Cinco Hermanos y del canal Beagle.