El 9 de agosto de 2007, durante una de las tantas noches invernales, sucedió un fenómeno extraño, pero maravilloso a la vez. Despues de décadas, en el centro de la ciudad de Santiago de Chile nevó copiosamente.
Generalmente esto no suele ocurrir por las condiciones geográficas a que estamos expuestos y sujetos, pero la naturaleza nos brindó este espectáculo.