Hubo una época en la que el cultivo de henequén, o fibra de sisal como algunos la llaman, tuvo gran auge, convirtiendo el terreno de la península yucateca en uno de los más ricos y codiciados.
Fue a principios del siglo XIX cuando tuvo lugar el inicio de su mayor apogeo, se establecieron fábricas, las llamadas haciendas cambiaron el giro de su producción para establecer grandes plantíos y la mercancía comenzó a exportarse al mundo.
El henequén ayudó a los hacendados a amasar grandes fortunas, por lo que se le denominó "Oro verde", ya que el estado producía el 90% de las sogas y bolsas usadas en el mundo, dando como resultado la opulencia de los dueños de las haciendas.
aaestas haciendas se han recuperado como hoteles de alta gama, debe ser un placer alojarse en ellas.