Salzburgo es ciudad para perderse, deambular sin rumbo, delaitandote con cada rincon, con tiempo, sin ataduras. De alguna manera sentía un poco de lastima por los numerosos grupos de turistas que recorrian la ciudad tras la "banderita" de un guia(por otra parte, me venian muy bien ya que acercandome a unos y a otros, pude enterarme de un montón de cosas)