menu
Esta imagen representa un juego visual fascinante de reflejo, luz y naturaleza, en el que la realidad se transforma en una interpretación onírica. El motivo principal es el reflejo de una cúpula histórica en la superficie acristalada de una moderna fachada: los paneles de vidrio forman una cuadrícula que divide la escena en fragmentos individuales y, al mismo tiempo, la deforma en un reflejo suavemente ondulado, casi líquido.
El reflejo de la cúpula, con sus característicos tonos verdes de cobre patinado y elementos decorativos, parece como si emergiera del agua o surgiera de la memoria. Este efecto ilusorio del reflejo se ve interrumpido por las ramas de un árbol que se extienden en primer plano y, con sus pequeñas hojas, dispersan la luz. La luz que brilla en las puntas de las hojas aporta un momento de delicadeza a la imagen, contrastando con la dureza del vidrio y la arquitectura.
La paleta cromática está cuidadosamente elegida: predominan los tonos verdes, grises y dorados, que crean una atmósfera armónica y ligeramente nostálgica. La cúpula verde parece desvanecerse en el vidrio, mientras que las hojas irradian frescura y naturalidad. La luz es suave, filtrándose a través de las ramas y generando un filtro poético que añade un matiz melancólico a la escena.
Compositivamente, la fotografía se basa en capas: el árbol en primer plano, el vidrio como plano intermedio y el reflejo de la cúpula al fondo. Esta estructura en profundidad permite percibir la imagen no solo como una superficie, sino como un espacio en el que uno puede sumergirse. La cuadrícula de los marcos de vidrio proporciona estructura y orden, mientras que el reflejo distorsionado y las ramas orgánicas aportan contraste, movimiento y vida.
En conjunto, la imagen transmite introspección y serenidad; es un registro visual del encuentro entre dos mundos: la arquitectura histórica y el espacio urbano contemporáneo, la naturaleza y la cultura, la realidad y el recuerdo. Despierta en el espectador preguntas sobre lo que realmente percibimos: ¿la realidad o solo su reflejo? ¿Y cuál es la diferencia, si incluso el reflejo puede ser hermoso, profundo y conmovedor?