Cada uno amarra a su manera, con su estilo, con sus recursos... todos necesitamos un amarre a la vida, a la coherencia, a la protección, a la sensibilidad, a la verdad, a lo sólido.
Algunos amarran con amor, otros con odio, otros con puro sentido de la responsabilidad o del compromiso.
También hay quienes aborrecen su amarre, quienes lo abandonan, quienes lo cambian por otro, añorando lo que no encontraron hasta ese momento.
Busca un amarre sencillo, fuerte, tranquilo, junto al que te sientas protegido, con el que puedas establecer un vínculo sincero........
¡Bueno, no sé si realmente hablo de amarres marinos o de otras cosas!