Situación
El castillo de Feria se encuentra en la provincia de Badajoz, en un extraordinario punto de observación desde donde se domina la localidad de Feria, situada en el llano, y desde donde se obtiene una ámplia panorámia que se extiende muchos kilómetros a la redonda.
Historia
Feria fue entregado a Lorenzo Súarez de Figueroa de manos de Enrique IV, quien además le otorgó el título de Conde. En época de Felipe II se elevó el rango de la familia y le fue concedido a Don Gómez Súarez de Figueroa el título de Duque.
Lo más importante del conjunto fortificado debió ser promovido por Lorenzo Suárez de Figueroa, según puede deducirse por la presencia de las armas de Figueroa y las de los Manuel que se representan en sendos escudos heráldicos que campean en la torre semicilíndrica del recinto, que son asocidos con el mencionado Lorenzo Suárez de Figueroa y con su esposa María Manuel. Al menos esta torre y el conjunto del recinto debieron ser construidos algo antes de 1461, fecha en que fallece este personaje, que también fue el constructor del castillo de Zafra y de parte de Nogales. Posiblemente sus descendientes y herederos pudieron terminar la fortaleza construyendo durante el último tercio del mismo siglo XV la gran torre de Homenaje que se eleva en el centro.
Descripción
En la fortaleza de Feria se distinguen dos partes bien distintas, la muralla que delimita el terreno útil del castillo y la gran torre de Homenaje en el interior.
El recinto amurallado, con un trazado irregular, está jalonado por torres o cubos redondos y prismáticos. En el interior se levanta otro muro transversal que a modo de muralla diafragma divide el cuerpo principal del castillo en dos partes.
En el medio de la muralla diafragma se alza la torre de Homenaje, prismática, de base cuadrada y con chaflán curvo en las esquinas. Con independencia del gran volumen y contundente presencia de la torre, no faltan los detalles constructivos de apreciable elegancia, como los finos enmarques y recercos de algunas de sus ventanas, la puerta de entrada gótica, con arco mixtilíneo cuyos vértices se rematan con rosetas y, sobre todo, la cornisa volada sobre canecillos que sirve de coronamiento y donde se sustentaría el almenaje, así como el matacán redondo sobre cuidadas filas de ménsulas escalonadas de diferente trazado. Como la parte inferior de la torre es maciza se organiza un sistema de acceso de apreciable interés en lo que a seguridad se refiere ya que la entrada se realiza a través del andén de la citada muralla transversal, desembocando en la planta segunda que aquí actúa como principal, desde donde se facilita la bajada al primero y la subida al tercero y desde éste al cuarto piso y luego a la terraza. Creemos que desde el piso inferior debía haber algún acceso a lo que ahora está macizado y que en principio serviría de ubicación a un aljibe o mazmorra como solía ser costumbre y puede verse en otras fortalezas medievales. Dadas las grandes dimensiones de todas estas plantas se hallan debidamente compartimentadas y dotadas con distintos servicios, letrinas, chimeneas y cocina.
Protección
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.