Situación
La torre de Espantaperros está situada en la parte oriental de la alcazaba de Badajoz, y constituye la torre de vigilancia más fuerte de todo el recinto.
Historia
Fue construida por los almohades en el siglo XII.
Descripción
La torre de Espantaperros, uno de los monumentos almohades más notorios de la península Ibérica, es del tipo albarrana, es decir, se encontraba por delante de la muralla y unida a ella por un arco y un estrecho pasillo. Las torres albarranas son características de la arquitectura militar islámica en la península Ibérica, aunque por lo general son de bastante menor tamaño que ésta.
La torre de Espantaperros es de planta es octogonal y se conserva en toda su altura. La mayor parte de la torre es maciza, salvo sus dos plantas superiores que constituyen dos cámaras anulares abovedadas. Originalmente estaba rematada por una pequeña construcción cuadrada decorada con arcos entrecruzados, al que en la época cristiana se le superpuso el remate de estilo mudéjar que ahora puede verse. Este remate mudéjar tenía cómo fin alojar una campana que actualmente se conserva en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz y que fue desmontada a finales del siglo pasado. Precisamente el nobre de Espantaperros le fue dado, al parecer, por el sonido que producía la campana.
Las torres poligonales no son infrecuentes en la arquitectura almohade andalusí. Baste citar cómo ejemplo la torre de Torrequebrada, también en el término municipal de Badajoz, o la torre del Oro en Sevilla. Su construcción formaba parte de reforzamientos de las fortificaciones que emprendieron los almohades en todo Al-Andalus, necesitado de defensa ante el empuje bélico y territorial de los reinos cristianos del norte. De hecho, la alcazaba de Badajoz, tal y cómo hoy se nos presenta, es el resultado de éste programa constructivo