El Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo está situado sobre el solar de la antigua cárcel de Badajoz, a su vez construida a mediados de los años cincuenta sobre el recinto de un antiguo baluarte militar, el llamado Fuerte de Pardaleras, levantado en el siglo XVII. Aunque ya había sido totalmente demolido cuando se construyó la cárcel, el baluarte ocupaba una posición de gran valor estratégico y constituyó uno de los emplazamientos defensivos más importantes del sistema Vauban que amurallaba la ciudad.
Obra del arquitecto José Antonio Galea, el proyecto que configura el nuevo museo prescindió de las naves radiales de la antigua cárcel y planteó la creación de un complejo museístico organizado en función de un eje axial y ordenado en tres apartados o zonas diferentes, aunque globalmente integradas: un edificio para la Colección Permanente y las exposiciones temporales, un edificio de uso administrativo y una amplia zona ajardinada.
La denominación MUSEO EXTREMEÑO E IBEROAMERICANO DE ARTE CONTEMPORÁNEO identifica con propiedad su lugar de asentamiento, sus contenidos y su ámbito vocacional de referencia, y responde a la voluntad fundacional que orientó la creación de este Museo a la recuperación inmediata de un patrimonio disperso, a la creación de un ámbito transfronterizo de relaciones culturales con Portugal y al relanzamiento desde Extremadura de los vínculos que por razones históricas unieron a la región con América Latina.