En un pequeño lugar de Aragón, llamado Illueca, nació, allá por el año de 1328, Don Pedro Martínez de Luna, hijo segundo de Juan Martínez de Luna y de Doña María Pérez de Gotor, señores de Illueca, Gotor y Mariana; su alumbramiento se produjo en una de las salas del Castillo recientemente construido en el altozano que dominaba el modesto caserío. Desde la cuna pertenecía a uno de los linajes más rancios de la nobleza aragonesa. Comenzó la carrera militar y estudió derecho canónico en Montpellier, alcanzando el grado académico de doctor. En 1375 es nombrado cardenal diácono, y viaja con el papa Gregorio XI desde Avignon a Roma.