Majestuosa la Lampara reina en la nave central de la Catedral de Santiago. No es difícil imaginarse lo que podía sentir el peregrino, doscientos años atrás, al entrar en la Catedral: el botafumeiro de lado a lado del cruceiro, los monjes cantando, el órgano gimiendo y el peso de la fe sobre sus, descalzos y doloridos, pies. Un abrazo