La iglesia fue consagrada el 10 de diciembre de 1123. Su planta de basílica perfecta con tres naves contrasta bastante con la techumbre de madera, construcción ya pasada de moda y sustituida en la época por la bóveda de piedra. Esto podría considerarse como un hecho anacrónico.[1] Por otro lado, la decoración lombarda del exterior sitúa a la iglesia en una modernidad que se había extendido ya por las regiones italianas de Mantua y Verona.[2]
El 30 de noviembre de 2000 la Unesco declaró al conjunto románico de la Vall de Boí Patrimonio de la Humanidad, si bien desde la organización se manifestó el deseo de que en el futuro las pinturas y mobiliario originales de las diversas iglesias fueran devueltas por el MNAC.