Pues sí, en esta época las fuentes de Aranjuez están secas y sus figuras parecen inactivas, parecen descansar del ajetreo del agua, de las fotos de los turistas.
Quizá ahora, ausente el agua que todo lo cubre, se puede apreciar mejor el detalle de la labor escultórica, como este niño que se apoya indolente en el pilar central del conjunto.