Aquí los tenéis. Parecen sólo unos cachorrillos adorables, pero en realidad son una pandilla de delincuentes.
Cuando entras en su recinto te asaltan, te rodean, te besuquean, te dan lametones, te plantan las patas encima, te roban lo que lleves en los bolsillos, sobre todo si son chuches....
El caso es que cuando consigues escapar estás sudoroso, chupeteado, lleno de arena, con los bolsillos vacíos y la ropa mordisqueada.
...¡LOS ADORO!