Este buen hombre volvía de una manifestación de las muchas que se hacen en el centro de Madrid y me llamó la atención el invento que se había montado para llevar su botella de orujo en una cestilla que iba acoplada al bastón. Gran invento sin duda que debe ayudarle a soportar las caminatas. Cuando le pedí permiso para hacerle la foto estaba encantado y se puso así de solemne para posar.
Para los amigos de latinoamérica aclararé que el orujo es un aguardiente con bastante alcohol que procede del hollejo de la uva. Se trata de un destilado potente que anima el espíritu.