Decía Cervantes que no hay libro malo que no contenga algo bueno. Aquí en la calle madrileña de Claudio de Moyano, conocida entre los lugareños como “Cuesta de Moyano”, son famosas las casetas de libros, muchos de ellos de segunda mano, que se alinean junto a la verja del Jardín Botánico y que son visitadas por miles de personas desde que fueron instaladas aquí en 1924.