En este sendero se encuentra la Ermita Nuestra Señora de Lourdes, esta construcción se debe al empeño de una señora inglesa que trabajó como institutriz y cuyo sueño era construir una ermita en el medio del monte.
Una vez que se jubiló pudo finalmente cumplir sus deseos en el año 1935 y desde entonces el último domingo de agosto congrega a multitud de vecinos que llegan desde todos los puntos de la isla y con el retumbar de las chácaras y tambores contagian con sus sonidos a todos los asistentes que se acercan para disfrutar de esta fiesta.