Entre los roques de Benijo y La Rapadura, enclavada en un impresionante paraje protegido, al noreste de Tenerife, en el Parque Rural de Anaga.
Se encuentra una de las playas vírgenes más bonitas del norte de la isla: la playa Benijo. La arena negra de esta playa y el paisaje salpicado de rocas volcánicas convierten esta zona en un paisaje único.