Llevo años cuidando gatito bebés hasta que están en disposición de ser adoptados. Comprenderéis que los he tenido de todo tipo, raza, y carácter, pero será difícil que vuelva a tener uno como Tabuk. En el momento de escribir estas líneas está aquí, junto al teclado, mirándome con una ternura que me desarma. De vez en cuando pone las patitas en mi pecho para que lo abrace, y cuando lo hago ronronea feliz y restriega su cara en mi barbilla. Lo mismo ocurre por las noches en la cama o cuando estamos viendo la tele. Es guapo, es tierno, es amoroso, es alegre... Es perfecto... Por cierto, ya lo han reservado en Alemania y eso completa mi felicidad.