A Fjallsárlón se llega por una pista sin asfaltar que sale a la izquierda de la Ring Road. Es sencillamente de una belleza espectacular. Apenas había allí media docena de personas cuando llegamos y el silencio sólo era roto de cuando en cuando por un sonido similar al de un trueno que anunciaba que un nuevo iceberg se había desgajado del glaciar para caer a la laguna.