Para lograr un efecto de profundidad en una fotografía hay que trabajar con planos sucesivos determinados por objetos o cambios de texturas.
En este caso me he basado en ocho objetos: una primera sección de agua, luego unas boyas, seguidamente las barcas, que en sí ya determinan dos planos más; un poco más alejada otra boya, a la que sigue el islote que, como podéis ver no está en el horizonte sino delante de él. El horizonte determina el último elemento de profundidad. El cielo actúa como telón de fondo y como referencia final.
Así es como conseguimos esta sensación de relieve.