El Convento dos Capuchos (Convento de los capuchinos) de la Sierra de Sintra, cuyo nombre original es Convento da Santa Cruz, fue fundado por Álvaro de Castro, hijo del virrey de la India, João de Castro, en 1560. Se encuentra en la localidad de Sintra en el Distrito de Lisboa, Portugal. Su historia se encuentra envuelta en misterio, que se remonta por lo menos hasta el año en que se decidió su contrucción. Dice la leyenda que el noble se había perdido en la sierra durante la búsqueda de un venado, quedándose dormido bajo unas rocas. En sueños le fue comunicada la necesidad de construir un templo cristiano en la zona.
João de Castro murió antes de la construcción del convento, pero su hijo honró la voluntad de su padre y mandó construirlo.
En él habitaron sucesivas comunidades de frailes franciscanos, dedicados al trabajo interior. La primera comunidad estuvo compuesta por ocho frailes, siendo el más conocido de todos Fray Honorio (nombre que pudo ser adoptado después de su entrada en la comunidad), que de acuerdo con la leyenda vivió casi cien años a pesar de haber habitado los últimos 30 años de su vida en una grupa dentro de los muros del convento, cumpliendo penitencia.
Con la extinción de las órdenes monásticas, la comunidad de religiosos franciscanos se vio obligada a dejar el convento. El espacio fue adquirido por el Vizconde de Monserrate y más tarde pasó a ser propiedad del Estado Portugués. Desde esa época comenzó una degradación material. El convento se encuentra hoy en día en ruinas, pero la gestión de la empresa "Parques de Sintra, Monte da Lua, S.A.", tiene como uno de los objetivos centrales de su explotación la recuperación de este espacio.