Su complexión es robusta. Varias filas dorsales de pequeños tubérculos le dan un aspecto verrugoso a su piel. La cabeza es casi triangular, con ojos prominentes con la pupila vertical. Posee una sola fila de laminillas en la cara inferior de cada uno de los dedos, recubriéndolos en su totalidad. Sólo presentan uñas dos dedos de cada extremidad. La cola es de tamaño variable, siendo lisa si tras haberla perdido, ha sido regenerada.
Su coloración es extraordinariamente variable, en función de la luz a que se encuentre expuesta, y el color del material sobre el que se encuentre. Normalmente el dorso presenta tonos grisáceos o negros con claroscuros. A veces pardusca, moteada, o completamente negra. El vientre es de color pálido.
Hábitat y distribución
Aparece en todo tipo de hábitats, siempre que presenten resquicios y grietas en las que ocultarse: roquedos, edificios, cortezas de troncos, cuevas y también bajo piedras.
A escala mundial, se presenta en los países bañados por el Mediterráneo, siendo su distribución más continua en los occidentales que los orientales. También hay poblaciones aisladas, debido a introducciones, en África y América.
Costumbres
La Salamanquesa Común permanece activa durante todo el día y el crepúsculo, siendo a veces y según zonas, nocturna. Aunque es marcadamente territorial, se han encontrado una decena de ejemplares juntos, en troncos y sumideros de cemento, en otoño e invierno.
Caza a sus presas a la carrera, con veloces movimientos en techos y paredes, sujetándose con las almohadillas de sus dedos. En medios antropógenos frecuentemente se beneficia de la atracción que ejerce la luz sobre sus presas para capturarlas.
Se puede ver durante todo el año a esta especie, siendo mayor su actividad en los meses de Mayo a Julio, en que son particularmente activas durante el día.