Y para terminar, nuestra cerdita "Peggi", a la que voy a empezar a llamar cerdota porque se está poniendo esférica y no hace más que comer, dormir y rebozarse en el barro.
Por cierto, los cerdos no sudan por la piel del cuerpo como nosotros; sólo por el hocico. Por eso les gusta tanto rebozarse en el barro, para perder temperatura al tiempo protegerse de los parásitos porque, ya mediréis cómo se espanta un cerdo un insecto del lomo.