El Partenón, situado en la acrópolis de Atenas, es el culmen del arte dórico por su belleza y proporciones, siendo considerado una estructura única. Está construido en mármol del Pentélico excepto sus cimientos que son de caliza de la zona. Según se aprecia en una inscripción de templo se comenzó a construir entre el 447 y el 446 a.C., durante el gobierno de Pericles y se terminó hacia el 438 a.C.
El Partenón permaneció XXI siglos sin grandes alteraciones, excepto cuando se transformó en iglesia bizantina. Con el dominio turco se usó como mezquita levantando un minarete.
Durante las guerras entre los turcos y venecianos en el s. XVII, el Partenón se transformó en un polvorín, lo que provocó la mayor parte de su destrucción cuando, en el año 1687, explosionó sobre él una granada que derribó los elementos estructurales básicos, en el pórtico se destrozaron 14 de las 46 columnas y el interior fue totalmente destruido, sólo las dos fachadas de los frontones se mantuvieron en pie.
Las esculturas que aún quedaban en los frontones fueron arrancadas durante los primeros años del siglo XIX por el embajador británico Lord Elgin, quien en el año 1816 las donó al Museo Británico.