..."la luz que conquisté
para las vidas
la doy para esa gloria de un caballo,
de uno que aguantó peso, lluvia y golpe,
hambre y remota soledad y frío
y que no sabe, no, para qué vive,
pero anda y anda y trae carga y lleva,
como nosotros, apaleados hombres,
que no tenemos dioses sino tierra,
tierra que arar, que caminar, y cuando
ya está bastante arada y caminada
se abre para los huesos del caballo
y para nuestros huesos.
Ay caballo
de pobre, caminante,
caminemos
juntos en este espacio duro
y aunque no sepas ni sabrás que sirva
mi razón para amarte, pobre hermano,
mi corazòn para esta oda,
mis manos para pasarlas sobre tu suave hocico!"
Escrito en el tren cerca de Cautín, en 1958
Pablo Neruda