...Blandamente resbalando
las ovejas van pasando;
paz y hierba van paciendo;
los bocados que una deja
son bocados de otra oveja
que a la hermana va siguiendo.
Los corderos baladores
van en grupos triscadores
asaltando los repechos,
coronando los cerrillos
y brincando los helechos.
Y el que topa con la ubre
o la lo lejos la descubre,
bala y corre hacia la oveja,
se arrodilla tembloroso,
llena el cuajo, trisca airoso
y espojándose se aleja...
José María Gabriel y Galán