...entonces, como ahora, la naturaleza se arrodillaba ante los días
y resignada al clima de nuestras almas
acompañó cada minuto, cada uno de nuestros húmedos besos,
cada libro, cada siesta empozada
fiel a la adolescente promesa
de altas yerbas rozándonos las orejas
ahora quizás,
en estos meses de calma
pueda decir: fui feliz
(el follaje se agita sobre mi cabeza
el sol brilla y enceguece mi lectura
tu sombra prepara el verano y la casa que vienen)
mientras escribo,
caen blancos pétalos de guindo sobre mi cuaderno
y espero a los girasoles escuchando germinar la maravilla...
Antonia Torres