La ermita de San Juan Bautista de Gaztelugatxe se encuentra al pie de los acantilados, camino de Bermeo. Desafía al mar Cantábrico sobre un islote, en un paraje sin igual en la costa vasca. Fue construida en el siglo X sobre una fortificación. El edificio que podemos visitar es resultado de reconstrucciones posteriores.
Se puede dejar el coche en cualquiera de los aparcamientos que bordean el acantilado y bajar hasta la orilla del mar. También existe la posibilidad de descender en el vehículo. Nadie se salva de los 230 escalones, desiguales pero sin peligro, que hay que patear hasta alcanzar la ermita. En el alto hay dos edificios: un refugio con chimenea y la capilla. Del techo cuelgan maquetas de barcos de madera. Son exvotos ofrecidos por los marineros.
La jornada ideal para visitar Gaztelugatxe es con marea alta y el mar embravecido. El peñón, difuminado por la espuma, parecerá flotar sobre las aguas.