El puente medieval de Besalú constituye sin duda alguna la imagen más popular de la población. Se trata de una construcción compuesta por siete arcos que fueron levantados siguiendo una curiosa disposición angular, motivada probablemente por el aprovechamiento de las rocas del lecho del río como fundación o basamento.
El puente fue originalmente construido en los siglos XI-XII, pero con posterioridad sufrió diversas reformas y modificaciones. De hecho, se sospecha que su trazado inicial fue distinto al actual. Aún en época medieval, en que el puente se aprovechó para cobrar a los viajeros que lo utilizaban para cruzar el río un peaje, se erigió en su extremo el portal conocido como Portal del Pont (Portal del puente), protegido por una torre fortificada. También tuvo que ser reconstruido en el siglo XIV, con ocasión de una gran crecida del río, y en el s. XVII, porque se hallaba en bastante mal estado. De todos modos, los peores momentos del famoso puente aún estaban por llegar: en el siglo XIX se destruyó la torre de su parte central y el portal que da acceso al pueblo para permitir el paso de la maquinaria necesaria para la industria local, y durante la Guerra Civil algunos arcos fueron volados. En 1965 tuvo lugar la última –por el momento- restauración.