Descripción
Con eso de que ya nadie fuma en casa y de que usamos vitrocerámica de inducción, Rabito nunca se había enfrentado al fuego.
Cuando encendí esta vela, su curiosidad le llevó a tocar. Él sabía por instinto que debía tener precaución, pero eso no evitó que acabara con las puntas de los bigotes chamuscadas y pegotillos de cera fundida en la pata.
Espero que haya aprendido algo.
Comentarios
Juan carlos Galey arenas - 04/02/2012
si cuando dicen que la curiosidad mato al gato,es por algo.Son como crios chicos
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Antonio Del Campo - 03/02/2012
Magnifica toma. Saludos
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Ruth Lyli Flores Arias - 02/02/2012
Me encanta!! y eso que no me gustan los gatos!!
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Orentino Aviñoa - 01/02/2012
La curiosidad mato al ...
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