Epidauro gozó de un gran renombre gracias a su santuario donde se practicaba la medicina por la interpretación de los sueños.
El teatro de Epidauro figura entre los mejores preservados de Grecia.
En la antigüedad era ya célebre por la armonía de sus proporciones y por su extraordinaria acústica.
Fue concebido por el arquitecto y escultor Policleto el Joven a mitad del siglo IV adC, igualmente responsable de un tholos, templo circular con columnas corintias adornadas de bellos capiteles y en el que se cree moraban las serpientes sagradas de Asclepio.