Fundado el 10 de setiembre de 1579 gracias a la donación de los bienes de doña María de Guzmán, viuda de don Diego Hernández de Mendoza, quien habría de ser la primera rectora del monasterio, bajo el nombre de Ana María de Jesús. En este monasterio ingresaban las hijas de las más distinguidas familias de la ciudad, que podían cumplir con la exigencia de la dote de mil pesos de plata ensayada y marcada y cien pesos corrientes para alimentos. A mediados del siglo XVIII la población se componía de cincuenta y siete religiosas de velo negro, dieciocho de velo blanco, cincuenta y un donadas y doscientas doncellas y seglares de servicio.