Es uno de los monumentos prehistóricos más antiguos de Italia. Se yergue imponente en una basta campiña cerca de la carretera que va de Sassari a Porto Torres. Observando de cerca recuerda un antiguo Zigurat sumerio dede donde se escrutaban los cielos y se ofrecían sacrificios. Una rampa de acceso en tierra batida, sostenida a los lados por un basto muro de piedra seca, conduce al cabo de unos 30 metros hasta la cima del monumento, compuesto por un gran promontorio reactangular, de 36x30 metros, con una elevación de unos 9 metros con respecto al campo circundante. A la derecha de la rampa hay un gran piedra plana poligonal, sostendia por varios peñascos, en cuya superficie varias acanaladuras indican claramente que se trataba de un altar donde se celebraban sacrificios. A la izquierda de la rampa de acceso, un menhir de 4,4 m. de largo yace derribado, y poco más allá se encuentra otro. Finalmente a una decena de metros del monumento, hacia el sudeste, hay una gran piedra de forma esferoidal, cubierta de pequeñas incisiones circulares que le dan cierta semejanza con la bóveda celeste. Esta piedra redonda es un omphalos, un objeto ritual que representaba el centro de un territorio. Monte D'Accoddi está datado en torno al 4º o 5º milenio a.C. y se han encontrado en el interior del túmulo gran cantidad de objetos de cerámicas correspondientes a la llamada cultura de Ozieri. Todas las investigaciones arqueológicas han demostrado claramente que Monte D'Accoddi es uno de los monumentos de más importancia para las poblaciones sardas primitivas; probablemente se trataba de un lugar sagrado en el que se reunían los diversos pueblos de la isla para celebrar ritos comunes y adorar a sus divinidades. Los lados de la parte central del monumento, formada por el gran rectángulo de piedra seca, presentan orientaciones relacionadas quizá con los puntos por donde salía la Luna en ciertas fases importantes de su ciclo de 18,6 años. Las mediciones realizadas han permitido establecer también que las líneas que unen el menhir más lejano con el centro del monumento y el otro menhir con el centro de la piedra del altar señalan el punto por donde salía la Luna cuando asumía valores particulares de declinación.