...Ondas preciosas que el colono activo
supo en raudales dividir, y en ellos
llevar la vida y la abundancia al campo.
Siquiera el cielo en su rigor se obstine
en negar el vivífico rocío,
don de las nubes, los endebles diques
rompe seguro el rústico, y al punto
vieras la tierra que inundada embebe
el cristalino humor; y fuerzas nuevas
con él cobrando, engalanar su frente
un fruto y otro fruto, y cien tras ellos...
Manuel José Quintana