Desde que el hombre pisa este planeta, hay muchas cosas que, por ignorancia, por dejadez o por impotencia, le han llevado a crear dioses. Criaturas con poder a las que pedir, quejarse o culpar de nuestras desgracias, en las que poner nuestras esperanzas de mejora y de progreso. Estamos dispuestos a cederles cualidades extraordinarias porque eso nos proporciona la sensación de que la culpa no es sólo nuestra sino de aquellos que, teniendo poder y sabiduría, han permitido que llegue la desgracia.
En esta foto, una máscara ritual de Ghana que pertenece a mi pequeña colección privada.