Visto así no es más que otro rascacielos; muy grande, pero sólo un rascacielos. El problema es que tiene 94 metros y 28 plantas y está en la esquina de las calles O'Donnell y Menéndez Pelayo, justo en la línea visual que une la Cibeles con la Puerta de Alcalá; eso hace que fastidie todas las fotos de perspectiva en las que se quieran abarcar ambos monumentos desde la esquina en la que se bifurcan Alcalá y Gran vía.
Total, un mamotreto que nadie se planteó que se cargaría una de las vistas más nobles de la ciudad.
Otro día os traeré esa perspectiva para que veáis lo que os digo.