Esta mañana he pasado por el Parque de El Retiro y, en el Palacio de Cristal, había una "intervención" del artista Checo Jirí Kovanda, cedida por el Centro Nacional de Arte Reina Sofía.
La exposición se llama "Dos anillos dorados" y consiste, como podéis ver, en una especie de tela de araña hecha con hilo de bramante, con la particularidad de que en un punto de este entramado había un anillo dorado.
El segundo anillo estaba en un rectángulo reseco de hierba artificial en el suelo, custodiado por una agente de seguridad. En un momento dado -desgraciadamente mientras cambiaba de objetivo- una turista japonesa con cara de felicidad, que seguro que no lo identificaba con la exposición, se agachó a coger el anillo, lo que provocó la reacción felina de la segurata, que en perfecto castellano le gritaba."Eso no se puede tocar... No tocar", lo que provocó las disculpas de la compungida nipona.