Esta iglesia es, junto al "Panteón de Hombres Ilustres", el mejor ejemplo de la arquitectura neobizantina madrileña.
Su nombre se debe al hecho de que los mecenas que financiaron su construcción fueron empresario catalán Manuel Caviggioli y su esposa Benita Maurici.
Terminó de construirse en 1910 y fue destinada a residencia e iglesia para los Padres Agustinos.
El edificio es obra del arquitecto Fernando Arbós y Tremanti, que también diseñó el Panteón que citaba antes.