Muchas de sus variedades aportan más proteínas que la carne, y mucho más beneficiosas para el organismo, ya que no aportan (como la carne) grasas saturadas, sino mono o poliinsaturadas.
La nuez se encuentra entre los primeros alimentos que conoció el hombre. Proviene del nogal, un árbol milenario que cubría gran parte de Asia y Europa y sus propiedades son extraordinarias.
Por su abundancia en ácidos grasos omega-3, mejora la artritis, la piel y previene ciertos tipos de cáncer.
Impiden el aglutinamiento de la sangre, lo que beneficia al corazón, porque contiene ácido linoleico y alfa-linoleico.
También es fuente de vitaminas del complejo B y de vitamina E, potasio y cinc.
Deben comerse frescas, porque su alto contenido graso hace que se pongan rancias apenas peladas.
Para aprovechar al máximo los minerales que poseen, acompáñelas con alimentos que provean vitamina C, por ejemplo, un jugo de naranjas, recién exprimido.