Son cerca de las dos de la tarde en la playa de la Malvarrosa de Valencia. El calor es sofocante. El cuerpo pide una caña bien fría, pero aunque la arena está llena de gente, las terrazas de los bares no tanto. La crisis ha hecho mella incluso en las tradiciones más arraigadas de los españoles, el aperitivo de los domingos, eso por no hablar de las comidas en familia en los restaurantes a pie de arena. El problema en Valencia es que una normativa municipal prohíbe comer en la arena, pero ello no impide a los asistentes a la playa disfrutar de sus platos, traídos desde casa, junto a la Mar.
La Policía Local admite que evita multar a las familias sin recursos que no pueden costearse un menú en un restaurante.
FUENTE: Levante-EMVpuntocom. Valencia (LORETO OCHANDO)