“Perdí porque no estaba fuerte mentalmente. Eso es todo”. Así resumió Nadal ante los periodistas su derrota ante Djokovich en el torneo de Wimbledon de 2011 por el que el serbio pasó a ser el numero uno del mundo. Nadal estaba físicamente en plena forma y por tanto en su forma física no estuvo la clave de su derrota. La clave estuvo en su menor fuerza mental respecto a su oponente. Estas declaraciones explican con claridad como el resultado de nuestras luchas cotidianas a menudo radica en nuestra fortaleza mental, más que en otras razones. Esta no suple otras habilidades, pero es determinante en las victorias. ¿En que consiste ser fuerte mentalmente? ¿Como se concreta y se aplica? La fortaleza será grande si nuestra creencia en nosotros mismos es elevada y sólida. Concretemos. Uno cultiva su fuerza mental de dos maneras: si al pensar en sí mismo se imagina y visualiza ganador, competente, bien dotado y convencido de que va a vencer. Es decir, si al pensar usa imágenes mentales de poder y victoria,. La segunda manera es usando auto instrucciones positivas, diciéndose a si mismo frases constructivas mientras lucha, frases del tipo “puedo”, “voy a ganar” “estoy en plena forma” “nada puede pararme” o cosas parecidas. Al hablar auto instrucciones no significa ponerse ante el espejo y decirse en voz alta esas palabras. No. Las auto instrucciones las hacemos de forma natural automáticamente sin proponérnoslo conscientemente. Las auto instrucciones positivas son pensamientos sobre nosotros mismos, cargados de sobre valoración de nuestras fuerzas, de auto valoración, que nos impulsan a la superación de los obstáculos, a afrontar los problemas y apartar los obstáculos. Son parte del dialogo que establecemos con nosotros mismos por el que nos hablamos dándonos ánimos para arrollar cuantos obstáculos se interpongan. Son pensamientos llenos de un lenguaje inspirador y apabullante. El lenguaje que usamos con nosotros cuando nos hablamos es parte determinante de esa fuerza. Me puedo imaginar que se decía a si mismo el Nadal del torneo y por ello entenderlo. Como tantos que, sin ser Nadal, se enfrentan a los torneos de la lucha diaria. ¿Usted se lo imagina?
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