...Y según el corazón, todo fue por la guitarra,
y un tímido La menor con gusto a milonga Pampa,
que se aquerenció en mis manos y se sublevó en mi alma,
y que sólo inqué ante Dios y mi única, azul y blanca.
Por eso dónde andará mi amigo, el de la guitarra,
que me regaló por nada, nomás por si me gustaba.
Mi viejo amigo Romero, todo mi canto te canta,
el triste de mi dolor y el ancho de mi esperanza.
Y el que nunca cantaré será por honrar la raza
de los hombres como vos, cantores de coplas altas.
José Larralde