Frente a la plaza Moreno se alza uno de los templos más grandes de América. Con capacidad para miles de personas y con una altura cercana a los cien metros, su fachada deslumbra aun al más ateo.
Si bien su piedra fundacional fue colocada, por decisión de Dardo Rocha, el 30 de abril de 1884, los planos de la iglesia se aprobaron recién un año después. Finalmente, se la inauguró en 1932, año del cincuentenario de la ciudad, en la manzana comprendida por las calles 14 y 15 y los bulevares 51 y 53.
Siguiendo el diseño de los arquitectos Pedro Benoit y Ernest Mayer, la catedral fue construida con el estilo neogótico de las de Amiens (Francia) y Colonia (Alemania).