El tesoro que ofreció la ciudad de Atenas fue el primero que se encontró en Delfos. Estaba construido en estilo dórico con mármol de Paros y se financió, según Pausanias, con la décima parte del botín obtenido en la batalla de Maratón.
La denominación “tesoro” en la terminología de la antigua Grecia se aplica a pequeños edificios, a veces en forma de templo, que eran una ofrenda de una ciudad. Contenían los exvotos enviados desde la polis.
Se encuentra en un recodo que forma la Vía Sacra en su empinado recorrido hasta el Templo de Apolo. Lo que hoy vemos es la restauración llevada a cabo por los arqueólogos franceses en 1906.
La decoración escultórica de los frontones se ha perdido. Las metopas, esculpidas con temas de amazonomaquia y hazañas del héroe ateniense Teseo y de Herakles, se conservan en el Museo de Delfos.