La Tumba de la Urna, donde se guardaron los restos del rey nabateo Maluchos II, tiene una gran terraza abierta, columnatas en torno a ella, y un gran interior de paredes rectilíneas y gran capacidad (18 por 20 metros).
Esta tumba tuvo utilización civil en tiempos romanos y fue catedral bizantina más tarde. En el fondo tiene, para la función religiosa, tres pequeñas cámaras abiertas.