La capital del estado austriaco de Tirol está localizada en el valle del Inn, en medio de altas montañas. Con una población de poco más de 100.000 habitantes, ya desde la antiguedad ha sido un importante lugar de paso para las rutas que unían el norte y el sur de Europa a través de los Alpes, lo cual propició su prosperidad.
El Emperador Maximiliano fue uno de los artífices de su espendor en el siglo XV, cuando la convirtió en su lugar de veraneo y amplió y mejoró el Hofburg, el palacio imperial en el que la corte austro-húngara solía pasar largas temporadas. Incluso proyectó allí su mausoleo, en la Hofkirche.
Actualmente es un importante centro de deportes de invierno y atrae turistas todo el año.