En el centro de la plaza se encuentra el monumento a Torrijos. Militar que con sólo trece años obstentaba la graduación de capitán y luchó contra el absolutismo de Fernando VII, negándose a luchar contra los independentista en América. Isabel II, ya en el periodo liberal y años después de que Fernando VII ordenara su fusilamiento, hizo enterrar el cuerpo del militar en esta plaza, y donó la cripta y el monumento a su memoria al estado francés, para que ningún soberano futuro pudiera tocarlo sin provocar un conflicto diplomático.